La noche, el fuego, la luna... todo me lleva a ti {Lily Evans}

Suspiró un tanto deprimida mientras intentaba relajarse en la tina del baño de prefectos. No había sido su mejor día exactamente, desde ayer no había podido dormir por unas horribles pesadillas que tenía donde su ex-mejor amigo Snape y un montón de Slytherin más torturaban a sus padres. Desde entonces no pudo pegar ojo y cuando ya por fin iba cerrando los ojos, sus amigas la despertaron diciendo que ya era hora de bajar a desayunar. Se arregló con la misma agilidad que un zombie, peinó su cabello rojizo en una distraída y aflojerada coleta antes de acercarse al espejo de la habitación. Sus ojos estaban algo hinchados y bajo ellos estaban unas notables ojeras purpureas, tenía la expresión típica suya de "No estoy de humor, no te me acerques".

Así bajó a desayunar, casi cayendo dormida en el plato de cereales que estaba frente a ella, tan cansada que era imposible llevarse una cucharada a la boca. Antes de que se diera sus amigas la arrastraban a pociones. Eso la hizo sentirse un poco mejor, pociones se le daba muy bien además que el profesor Slughorn era muy agradable y amistoso con ella. Otra consecuencia de aquella fatídica noche de insomnio fue agregar una cantidad incorrecta de colmillos de serpiente a su caldero, haciendo que la mezcla que debía ser de un púrpura claro, a una color azul. El profesor miró su poción y le dijo con una sonrisa condescendiente que todos tenían un mal día. No se le pasó desapercibida la burlesca cara de Snape, no pudo evitar sonrojarse y fruncir el ceño de manera pronunciada.

Como si no hubiera tenido suficiente mala suerte ese día, tuvo el infortunio de tropezar con el mismísimo Lucius Malfoy, slytherin, mimado, arrogante y claramente purista -Fíjate por donde vas asquerosa sangre sucia- dijo en tono cortante, sus amigos tras él no hicieron más que reír sonoramente, entre ellos Severus. Ni si quiera se molestó en mirar a los demás, solo había concentrado en la mirada de su viejo amigo de la infancia. No sabía describir lo que expresaban sus ojos, atrás de la burla y la indiferencia podía ver en ellos... ¿Arrepentimiento? Esto la hizo enojar aún más. "Cobarde" se limitó a pensar.

Sin más se dirigió donde se encontraba en ese momento, en el baño de prefectos. Sentía un sabor amargo en la boca, ese encuentro con Severus y su falta de sueño no le habían hecho bien a su cerebro, pues ahora no podía dejar de pensar en sus buenos tiempos, cuando le llamaba "Sev", cuando se pasaban horas practicando hechizo o intentando hacer una posición avanzada para ellos. Antes de que conociera a esos idiotas... enfurruñada por todo salió de la bañera. Se secó el cabello con magia y se dirigió a la torre de Gryffindor, yendo directamente al dormitorio femenino. Se puso su pijama, un camisón ligero , antes de arrojarse a su cama. Sorprendentemente aquella noche no podía dormir de nuevo, a pesar de lo agotada que estaba. Resoplando tomó su álbum de fotografías y fue a la sala común.

Estaba tan distraída que no notó al muchacho que dormitaba en uno de los sillones. Se sentó en una butaca cercana al cómodo fuego de la chimenea. Abrió el álbum y empezó a perderse en sus recuerdos, ella con su hermana Petunia cuando eran pequeñas, toda su familia en el zoológico, y otras fotografías muggles. Unas les sacaba sonrisas nostálgicas otras unas ligeras risas, había una en particular que le hizo reír sonoramente, tenía unos 6 años, tenía dos coletas infantiles y sonreía directo a la cámara, mostrando un gran hueco donde debía estar uno de sus dientes, estaba más pecosa que nunca. Se cubrió la boca con una mano intentando ser silenciosa. Se veía ridícula.

Quedó estática y la risa murió en sus labios, debía estar demasiado cansada pues ahora escuchaba la fastidiosa voz de Potter en todos lados. Volteó su rostro en dirección a la fuente del sonido y ahí estaba, el siempre despeinado y con sonrisa arrogante, Potter en pijama, parecía que la había estado viendo desde hace rato. En automático frunció el ceño, ya era una reacción tan natural cuando lo veía, como alguien que rápidamente quita la mano en cuanto toca algo caliente.

No habló por unos instantes, solo lo veía pestañeando rápidamente con los ojos como platos, le había dado un susto de muerte. Finalmente sus neuronas comenzaron a trabajar de nuevo "¡Cierra el álbum!" gritó su consciencia y era una idea muy sensata, pues con el expediente de ese chico no le sorprendería ver sus fotos más humillantes por todo el colegio. Cerró de golpe el gran libro de fotografías muggles, mas dejando su pulgar en la página donde se había quedado, para poder seguir perdiéndose en sus memorias cuando el mucho se hubiera ido.

-¡Potter!¿No deberías estar ya en la cama?- preguntó dando una mirada a donde estaba. Había un libro, de quidditch obviamente junto a él y por su aspecto más desaliñado que el de costumbre podía apreciarse que se había quedado dormido, además del pijama. Se volteó a ver a si misma, debió haber traído consigo su bata, pensó mientras sentía toda la sangre acumularse en su rostro. Carraspeó para que no se notara y aclarar su voz para que volviera a ser clara y fuerte. -Yo soy amigable con los que se lo ganan, creo que lo haz comprobado ya- dijo hastiada, ignorando todo el resto de piropos baratos que le dirigió.

-Soy Evans, Potter, EVANS lo dijo al final exageradamente lento, como si fuera un retrasado mental y esperara que lo comprendiera de una vez por todas, aclaró esto antes de responder su pregunta. Se volvió a sonrojar ligeramente al recordar las fotografías que había visto y como reía ¿Había sido muy escandalosa? ¿La habría observado mucho tiempo? -No hago nada que sea asunto tuyo- zanjó finalmente, se acomodó donde estaba y se volteó a la chimenea, mirando las llamas. Era una noche fría de invierno, su estación preferida. Suspiró, no estaba de animos para pelear con James Potter esa noche.

-¿Qué haces aquí?- no dijo eso con su voz usual de enfado, sino en tono cansado y algo débil. Lo pregunto sin si quiera mirar la chico a los ojos, se limitó a ver el fuego. Se sentía un tanto nerviosa, y no sabía prque, sin embargo no le iba dar la satisfacción al chico de notarlo, desesperada mentalmente por buscar algo que hacer con sus manos, empezó a trenzar distraídamente su cabello con expresión orgullosa. "Único día que me desvelo en la sala común y precisamente está ahí" piensa algo enfurruñada.

Alzó una ceja cuando volteó su pregunta, "Touché" pensó para si, pero obvio jamás le diría aquello a menos que quisiera que la cabeza de Potter se inflará más si eso era posible y finalmente estallaría. Una imagen muy divertida de James pasó rápidamente por su mente, la cabeza del chico inflándose a una velocidad alarmante, quedando finalmente como un gran globo aerostático para después estallar en una gran explosión mientras salían muchas serpentinas de colores. Se mordió el labio para no soltar la carcajada, el sueño de verdad que la estaba afectando. Se estaba poniendo idiota. -Una pregunta no se responde con otra pregunta- argumentó como siempre, queriendo tener ella la última palabra.


No pudo evitar una sonrisa arrogante al más estilo Potter ante la mención de Sirius teniéndole miedo. Todos esos gritos, castigos y sermones que les daba cada vez que hacían un comentario bastante inapropiado o hacían una broma de mal gusto debían causar algún efecto. Realmente lo dudaba, nada podía detener a ese grupito y menos al dúo dinámico de James y Sirius. Después de todo Peter era tan inofensivo como un conejo y Remus era el más decente, no por nada era prefecto junto con ella.

Algo raro paso, pues de pronto la pelirroja estaba considerando la oferta del chico. Una tregua por una noche, o más bien madrugada, sin gritos o corajes. La verdad es que Lily no se sentía con ganas de nada de eso, creo que ya había perdido 5 años de vida con los corajes ocasionados por James Potter. Era una oferta tentadora y hasta adorable... se abofeteó mentalmente al pensar eso último ¿Podrían ser James y Lily en vez de Potter y Evans por al menos unas cuentas horas? ¿Sería un truco suyo para abordarla?

Lily podía decir firmemente que James Potter no sentía nada por ella, estaba segura que el muchacho sólo la invitaba a salir por ser la única que lo había rechazado en su vida. Desde ahí comenzó la pesasdilla de "Lily sal conmigo", donde James no dejaba de hostigarla a todas horas. Entonces si no había sentimiento alguno ¿Por qué diablos se esforzaba tanto en agradarle? Ella no era tonta y reconocía que se comportaba como una verdadera bruja con él, pero se lo tenía muy merecido. Odiaba que fuera un arrogante, problemático, busca pleitos.

-¿Sabes? iba a tomar ese dulce pero con lo último que haz dicho ,olvídalo- dijo malhumorada cruzándose de brazos, cuando maduraría ese chico. -Cuando decidas comportarte bien y dejar de ser un idiota, yo tendré una huelga contigo- le confesó de forma seria, después de todo, si él ponía de su parte, ella haría su esfuerzo. Miró entre sus manos, había olvidado que tenía el álbum entre sus manos. -Es un... álbum, la mayoría de las fotos no son mágicas, no se mueven- explica por primera vez en toda la plática, en un tono normal y tranquilo, sin enfado o cansancio.

Quita el pulgar de entre las páginas, abriendo el libro donde se había quedado, en la fotografía donde tenía 6 años, usaba 2 coletas y tenía un hueco donde debía estar un diente, tenía muchas pecas en ese tiempo. Se sonrojó un poco al mostrárselo, pero después de todo, si hacía o decía algo malo, adiós tregua. Escuchó a su explicación sobre que hacía despierto a esas horas y esbozó una pequeña sonrisa. "Típico de los merodeadores" pensó. -Yo... no, no he tenido pesadillas. Sólo no he podido dormir- dice encogiéndose de hombros pretendiendo que todo estaba bien.

Rodó los ojos ante su respuesta. Esa discusión era estúpida, hasta para ser él -No tengo sueño- mintió finalmente, la verdad era que se moría de ganas de estar entre sus cálidas sábanas y cerrar los ojos al instantes. Sin embargo no podía y eso era frustante. La suerte era que mañana era fin de semana no tendrían clases, podría recobrar esos dos días de insomnio y dormir lo que se le diera la gana, ni si quiera bajaría a desayunar. Se sintió un poco mejor ante ese pensamiento. -Ya que te he dicho puedes dejar de hacerte del rogar y decirme que haces aquí- dijo de un humor sarcástico. Algunos dicen que el sarcasmo es una forma de tratar el nerviosismo y Lily Evans debía confesar que estaba un tanto nerviosa y extrañada de entablar una conversación semi civilizada con Potter.

Miró por un instante su mano extendida, sin saber que hacer. "¿Qué tan malo podría ser? y después de todo si hace algo que me saque de mis casillas no sería la primera vez" pensó. Finalmente suspiró y mirándole a los ojos con desconfianza fue tomando su mano lenta y delicadamente, como si esperara a que él intentar hacer algo. Cuando finalmente comprobó que no haría una broma de mal gusto suspiró de nuevo -No te emociones. Es sólo por esta noche, en unas horas todo volverá a ser como antes- le dijo viéndole seriamente. No quería que por esta pequeña huelga se volviera aún más irritante y le pidiera salir con ella de nuevo.

Bufó y se cruzó de brazos, pero no pudo resistirse a mirar de reojo el dulce. Amaba las golosinas. Cuando era pequeña de hecho, había tenido un "pequeño" problema con el azúcar, podía comerse treinta cajas de bombones sin para y como consecuencia daba una pequeña Lily exorbitante de energía, brincoteando y dando piruetas de un lado a otro sin parar, con una sonrisa maníaca en el rostro. Tomó el dulce con cuidado, como si esperara que estallara en su mano - No será alguna clase de dulce vomitivo o algo así ¿Verdad?- preguntó con escepticismo, alzando una ceja. Finalmente lo comió lentamente. Estaba rico, se sentía mejor ya con algo de azúcar en su sistema.

Lo miró con los ojos como platos y pestañeando rápidamente. Su rostro reflejaba genuina seriedad ¿De verdad dejaría de comportare como un niñato? ella seriamente lo dudaba, pero le contesto -Claro, si hicieras tú esfuerzo por madurar yo también haría el mío para no ser tan... borde contigo- confesó con una tímida sonrisa, pues sí, a veces se pasaba con él y le decía cosas muy duras. Cuando comenzó con sus preguntas sobre fotografías muggles ella hizo su mejor intento por explicarle -Pues las cámaras muggles solo pueden capturar un momento en específico, la verdad no sabría decirte muy bien, no se mucho de esas cosas- confiesa.

Quedó sorprendida por su pequeño monólogo. Creo que era lo cosa más profunda que había escuchado salir de su boca y era algo totalmente cierto. Echaba mucho de menos esos días, donde solía jugar y divertirse sin preocupaciones, donde su hermana y ella aún se llevaban de maravilla y cuando conservaba a su mejor amigo. Antes de que se convirtiera en un fenómeno o una sangresucia.

Esbozó una tímida sonrisa ante su propuesta, la verdad era que no sonaba tan mal y después de todo él había aclarado que no era una cita, además que sentía una gran curiosidad por ver al chico de bebé. -Me parece justo James- dio su nombre por lo que parecía vez la primera vez en su vida ¿Estaban en tregua no? Ella podía hacer su esfuerzo por ser amable. Alzó la ceja ante su confesión -Preguntaría que soñaste pero teo tu respuesta-

Asintió a su petición poniendo el álbum en sus piernas sin dirigir palabra, para que ahí pudieran hojearlo y contemplarlo los dos. Iba pasando las fotos mientras contaba que lugar o momento era, su cumpleaños, vacaciones, ella con su hermana e incluso llegó a una foto donde estaban ella y Severus.
Sería aproximadamente en su primer curso, ella casi le había rogado para que dejara hacerle esa foto, pues la cámara había sido su regalo de cumpleaños. Salía ella sonriente unto a un muy incómodo Snape, era la única foto suya que tenía. Pasó a la siguiente página con el ceño fruncido sin si quiera limitarse a decir algo de aquél día.

-Wow, lo que le encanta oír a una chica- dijo sin poder evitar una sonrisa sarcástica y divertida, mientras ponía un rebelde mechón pelirrojo tras su oreja. Frunce el ceño al escuchar ese "realmente" ¿Era tan obvia? sinceramente no era una maestra del engaño y es que ella odiaba las mentiras, tanto como que se las dijeran como decirlas ella misma, intentaba ser una persona honesta, pero claro ella a veces decía sus mentiras piadosas. A pesar de todo lo dejo pasar -Conociendo a Black yo no me confiaría- aunque suponía que con Potter el debía ser diferente, se encoge de hombros interiormente.

Carraspeó un tanto nerviosa ante lo dicho por él y retiro su mano. -Ya, se que a veces soy algo... dura, pero no es para tanto- dice esperando que el "momento inolvidable" sea por eso ¿Por qué era por eso no? -Además, yo no olvidaré este momento tampoco, digo la noche donde descubro que James Potter puede comportarse mínimo un poco, eso si es inolvidable- dice medio verdad, medio en broma. Aunque no quisiera admitirlo, se podía tener una platica civilizada y amistosa con el muchacho cuando ambos se lo proponían.

Lo miró sorprendida de nuevo mientras masticaba y tragaba su dulce y también algo enternecida porque le haya compartido aquello, pero rápidamente lo ocultó. -Nunca lo había pensado- dice honestamente, "quien dice que un dulce podría tener tanto significado..." piensa, ella solo piensa en engullirlo cuando le dan uno -Eres profundo cuando quieres Potter...- le confiesa sin saber que decir,pero Lily no puede evitar pensar ¿A cuantas chicas le habrá contado esta historia?

Asiente silenciosamente, ella tampoco esperaba un milagro, de hecho hasta dudaba en que cumpliera con ese trato pero no dice nada -Me parece justo- Suspira al recordar su cámara -Tenía una, fue un regalo de mis padres cuando entré aquí, pero la perdí hace poco en un viaje con mi familia, digo, no era nada extraordinario, ya estaba vieja, pero tenía valor sentimental- recuerda como lloró ese día, se había sentido tan tonta por extraviar algo tan importante. -Igual, cuando consiga dinero para otra prometo mostrártela- dice ante la gran curiosidad del muchacho, que le recordó un poco a Arthur Weasley que a veces le acosaba con sus preguntas sobre objetos muggles.

Alza una ceja -¿No estarás intentando nada verdad?- no pudo evitar decir aquello, pues eso de "mi nombre en tus labios" sonaba claramente para ella como un coqueteo, no sabía si enojarse o sentirse halagada, igual lo dejaría decir algo en su defensa pues como habían acordado esa era una noche de tregua. Le picó la curiosidad ¿Qué habría soñado Potter? tenía algunas ideas, pero no quería arriesgarse a equivocarse y verse estúpida -Espero que no sea un sueño pervertido...- dice riendo interiormente con la idea, esperando ver su reacción.

Sonríe por lo dicho de su hermana, para después convertirse en una mueca -Sí... cuando quiere- dice rascando su nuca con incomodidad "Y con quien quiere" añade mentalmente. Cierra fuertemente los ojos y maldice su suerte al notar que se percató de su fotografía, suspirá resignada -Sí- ignorando que estaba apunto de decir su sobrenombre, aunque no le hubiera molestado, ya no lo defendía más. Sonríe tristemente ante su broma, sin dejar de ver la fotografía. Carraspea reponiéndose rápidamente y lo ve con una cea alzada ante su deseo de una fotografía con ella -Ya veremos Potter-